27.2.22

Antes de que se enfríe el café


Escritor: Toshikazu Kawaguchi 
País: Japón 
Año: 2015 
Género: Novela 

Frase inicial: 
"Corría la extraña leyenda urbana de que en cierta cafetería de cierta ciudad, si te sentabas en un asiento en concreto, podrías viajar al tiempo que desearas durante el rato que estuvieras allí." 

De la frase inicial sigue: «Pero ¡qué lata! Había unas reglas muy engorrosas», y partir de aquí el autor te lo recordará a cada rato, te las repetirá todas en caso de que te hayas olvidado y no porque haya algún tema por venir con ello sino porque parece que no piensa que los lectores tendremos la memoria suficiente para recordarlas.

Tenía muchas ilusiones de leer este libro, tenía buenas recomendaciones y el tema me parecía muy interesante, pero aunque lo leí interesada y muy dispuesta todo el tiempo, esperando que a lo mejor vendría algo al final, pues no.

La novela tiene dentro varias historias y la primera no es ni remotamente interesante, incluso me pareció bastante superficial, luego fueron mejorando las historias. Con todo sigue siendo muy muy ligero el libro, presentado con extrema sencillez y con solo algunos párrafos que me parecieron interesantes.

20.2.22

Los estados de ánimo, el aprendizaje de la serenidad


Autor: Christophe André 
País: Francia 
Género: No literario 
Año: 2009 

Frase inicial: 
"Ya de pequeña eras sensible. Había cosas que te emocionaban y te provocaban estremecimientos o arrebatos: un gesto, una palabra, un rostro triste, el paso de una nube o el sonido del viento."

Para leer este libro necesité de dos intentos y mucha paciencia. Aún en el segundo intento, con toda la disposición de acabar el libro estuve muchas veces a punto de hacerlo a un lado… pero me estorba el sentimiento de lo pendiente y preferí torturarme un poco con la lectura que tener un libro a medias. 

Gracias a este libro supe con claridad que estudiar psicología o psiquiatría no es lo mío. Compré el libro cuando estaba en crisis de ansiedad y depresión. Lo compré para ayudarme, para comprenderme, pero la verdad es que en ese estado era imposible leer un libro como este. Así que pasaron los años y ya con el ánimo más estable, me decidí a tomarlo de vuelta y comenzar desde la primera página.

El libro empieza con una sección que se llama "Una niña se cae" y la verdad es que X,Y y Z. Parece que nos va a entregar un texto personal pero nop, luego le da por las cifras, las descripciones… ¡qué aburrido! Entonces esperé a que luego de describir estados de ánimo no placenteros empezaría con una forma de lidiar con ellos, y sí, empieza la prescripción y ya saben, el mindfulness o atención plena, la meditación y nada nuevo. No sé cuál podría ser la forma adecuada de presentar ayuda para regular los estados de ánimo cuando uno los tiene hechos un torbellino. Pienso que quizá algo menos complicado, más personal, experiencia de primera mano, una plática entre amigos y no la exposición de erudito o el resumen de alguien que ve a pacientes como mero observador. O no sé, a lo mejor a alguien si le pareció este libro lo más.

Creo que tiene información interesante, pero útil para el profesional que quiere comprender a sus pacientes y que no sabe qué están sintiendo porque nunca lo ha experimentado. A mí en definitiva no me gustó, no disfruté ni tantito, parecía la lectura de un libro obligado en una materia que no me mueve nada. ¡Con todo y que vaya que estoy navegando entre mis estados de ánimo!

Bueno, pues ya está, ya lo acabé. Punto final. A otra cosa mariposa.

14.2.22

La Novena


Escritor: Marcela Serrano 
País: Chile 
Año: 2016 
Género: Novela 

Frase inicial: 
"Cuando alguna vez le preguntaron cómo soportaba nadar en las aguas tan frías del Pacífico Sula, ella respondió, eso no importa, si ya estoy congelada." 

Hacía tiempo que no se me despertaba esta sensación de placer al leer. El estilo de Marcela Serrano me recordó a las horas que pasaba entregada a la lectura por puro placer. Tomaba un libro de la librería porque parecía llamarme, no me importaba quien lo había escrito, no me importaba si era reciente, si estaba en los mas vendidos; el único criterio para tomar un libro entre muchos era que el libro mismo se me mostraba. Y entonces me lo llevaba y lo leía y era inmensamente feliz descubriendo lo que me quería contar sin que hubiera en mí, pizca de expectativa. Leer así era lo más, era todo experiencia sin prejuicios. Eso que sentía hace más de veinte años, volvió a mí. Qué gran regalo.

Me ha encantado la forma de escribir, la manera en que va entregando la historia, las evocaciones a otros autores que vienen al caso, que dejan al lector con una comprensión de porqué es que otros escritores han salido a cuento. No se trata de deslumbrar, no se trata tampoco de asumir que el lector sabe de qué va la referencia, es ese sentido, Serrano es muy amable con sus lectores.

Con todo y lo que disfruté, debo decir que no me gustó el final porque me descolocó del lugar y registro que estaba manejando la autora, como si hubiera mutado, como si la hubieran poseído (o dejado de poseer) y de pronto se decidiera por otro juego. No me gustó que luego de pensar en T.S. Eliot acabara de esa manera… quizá en mi adolescencia y temprana juventud lo hubiera saboreado y hubiera hecho a un lado el principio. Pero ahora me quedé hasta un poco decepcionada.

Y aún así, agradezco el trabajo de la escritora.