28.8.09

Expiación


Escritor: Ian McEwan
Año: 2001

País: UK
Género: Novela


Frase inicial:

“Briony escribió la obra –para la que ella misma había diseñado los carteles, los programas y las entradas, construido la taquilla con una cartulina doblada por un lado, y forrado la caja de recaudación con papel crepé rojo– en una tormenta compositiva que duró dos días y que le hizo saltarse un desayuno y un almuerzo.”


Estamos ante una novela intensa, profunda, angustiante y magistralmente escrita; ante uno de esos libros (no abundantes) en los que nada sobra, en donde cada pasaje esta bellamente bordado y que aún cuando el resultado es crudo es difícil apartar la vista.

Compuesta de cuatro partes, tocando tres épocas: pre-guerra, guerra y post-guerra, cierra con un último capítulo que revela la triste realidad del drama principal. No hay buenas novelas sin un crimen, una muerte, una pasión... esta además está bien ambientada, perfectamente estructurada; toda una obra de arte.

Adentro se pueden encontrar referencias literarias, el perfil de un tipo de escritor (sus motivaciones, su propia forma de percibir al mundo), la típica crítica literaria, la transformación a través de la literatura, el escritor que refleja su época, los amores trágicos, la riqueza que emerge de los pasajes cotidianos, pensamientos existenciales...

Expiación es sin duda una lectura obligada para todo amante de la buena literatura, de esa que da para pensar, para comentar, de esa que deja un buen y largo sabor de boca porque cada minuto ocupado en su lectura fue una buena inversión.

9.8.09

Tiempo destrozado


Escritor: Amparo Dávila
Año: 1959

País: México

Género: Cuentos


Frase inicial:
“Mi vecino el señor Rojas pareció sorprendido al encontrarme en la escalera. Seguramente lo que llamó su atención fue la mirada, notoriamente triste.”


Serie de cuentos donde predomina el tema de la locura y a través de ésta se engarza el terror. Pero a veces el terror aparece solo y entonces es más seguro pensar que la fuente no es en sí algo desconocido sino la locura de quien lo vive.

La soledad, la depresión, el deseo de amor incumplido, el hastío de lo cotidiano y hasta verse convertido en alguien de quien no se puede escapar da pie a que se vivan pesadillas que no pueden compartirse, laberintos sin retorno, pasajes oscuros.