26.4.13

La verdad subjetiva, la interioridad. La verdad es subjetividad

Escritor: Søren Kierkegaard 
Año: 1846 
País: Dinamarca 
Género: Ensayo 

Frase inicial: 
"Ya sea que definamos la verdad de un modo empírico como la adecuación entre pensamiento y ser, o de una manera más idealista como la adecuación del ser con el pensamiento, lo importante en cualquiera de los dos casos es prestar cuidadosa atención a lo que se entiende por ser y atender también que el espíritu cognoscente no sea seducido por lo indefinido y fantástico, convirtiéndose de este modo en un algo que nunca ningún ser humano existente ha sido o podría ser: un fantasma con el cual se entretiene el individuo ocasionalmente, pero sin explicitarse nunca así mismo con dialécticos términos medios cómo es que se ha llegado a este reino fantástico, o lo que para él significa estar en ese lugar, a menos que todo esfuerzo no se disuelva allí en una tautología, en una especie de fantástica y arriesgada aventura." 

El pensamiento hegeliano está puesto en entredicho. La verdad como conocimiento no puede ser la verdad del ser que en devenir. Todo ser humano es un existente y como tal, deviene y junto con él su pensamiento (el pensamiento y el ser no son uno y lo mismo) cuando éste ser existente lo concibe como aquel que nace de su interioridad.

La verdad es una aproximación en tanto que no se la puede considerar como algo acabado que reúna a su vez todo lo pasado. La verdad absoluta desde la perspectiva objetiva, es decir, desde la perspectiva del conocimiento (aproximación epistemológica), no le es dada al individuo existente. La verdad subjetiva, desde la perspectiva de la interioridad del individuo (aproximación ontológica), le es dada al ser humano como individuo, no como especie; esto es, la verdad es propia de la interiorización personal y es intransferible, no-explicable, no directa.

Para llegar a la verdad subjetiva debe tomarse una decisión: la fe. ¿Por qué? Porque no hay forma de que sea transferida, que sea posible en un proceso de maestro-alumno. Pero ella, la verdad subjetiva, puede ser despertada, provocada, desde una aproximación socrática: hay metáforas, se recurre al lenguaje que muestra, se requiere que quien desee encontrarla la busque en sí mismo.


25.4.13

Werther

Escritor: Johann Wolfgang von Goethe 
Año: 1774 
País: Alemania 
Género: Novela 

Frase inicial: 
"He recogido con afán todo lo que he podido encontrar referente a la historia del desdichado Werther, y aquí os lo ofrezco, seguro de que me lo agradeceréis."

Goethe retrata a un hombre sensible flechado de un amor que no puede ser correspondido. No hay sorpresas para el lector, el personaje se va mostrando a lo largo de sus propias cartas a un amigo. Goethe nos explica la jugada del destino y no por ello dejamos de conmovernos.

El dolor del amor no realizable no es propio de las mujeres, nos dice, aunque la forma que toman sus actos sí difiere de las formas de una mujer: el hombre actúa, hace, resuelve, manifiesta. Tales son las formas románticas que después de dos siglos y medio siguen repitiéndose como una obra que los espectadores no dejan ir, quizá porque en el terreno de las emociones no puede aprenderse nada, quizá porque las formas románticas no han dejado de ser apetecibles aún ahora que la razón lo quiere desmitificar todo.

5.4.13

Siluetas

Escritor: Søren Kierkegaard 
Año: 1843 
País: Dinamarca 
Género: Ensayo 

Frase inicial:

"Festejemos este día la fundación de nuestra asociación, vuelve a llenarnos de júbilo que se haya repetido una vez más la feliz circunstancia, que el más largos de los días llegue a su fin y la noche emprenda su victoria."


En “Siluetas”, Kierkegaard nos presenta el concepto de pena reflexiva y para ello se vale de tres figuras femeninas: María Beaumarchais, Doña Elvira y Margarita, puesto que lo femenino es símbolo de la sustancia1 —sujeto de experiencia—, no de lo reflexivo, y es desde la sustancia que surge la pena.

Una vez suscitada la pena —afectación al individuo no elegida por éste—, podrá darse o no la reflexión. Pero la reflexión sobre la pena deja al individuo atrapado en un problema sin solución: no hay explicación posible que, mediante el uso de la reflexión, el individuo pueda obtener sobre aquello que le afecta, mas ¿todas las afectaciones no elegidas pueden desembocar en la pena reflexiva? ¿Qué lleva a la pena reflexiva, el tipo de afectación, el individuo, ambos?

2.4.13

El narrador

Escritor: Walter Benjamin 
Año: 1936 
País: Alemania 
Género: Ensayo 

Frase inicial: 
"El narrador —Por muy familiar que nos parezca el nombre no se nos presenta en toda su incidencia viva." 

Este ensayo es una continuación de "Experiencia y pobreza", retoma la imagen del hombre de experiencia que se sienta a narrar lo propiamente vivido.

El narrador de Benjamin no es un cuentista ni un novelista, pero aunque haga referencia a la transmisión oral, el narrador tampoco es aquel que cuenta de viva voz, el narrador no es aquel que se aprende un discurso de memoria, ni aquel que cautiva a su audiencia. El narrador de Benjamin, primeramente, es un sujeto que da de sí no para ganar adeptos sino para despertar en ellos, sus escuchas, la experiencia propia a través de la transmisión entre sujetos individuales.

La narración es la facultad de intercambiar experiencias, aquellas que se obtienen después de un viaje (interior o exterior) en el que se pone en juego el ser. El viaje es el pathos, el regreso la vuelta al ethos con la mirada renovada.

Una pregunta, ¿en dónde ha quedado el oyente?