20.2.22

Los estados de ánimo, el aprendizaje de la serenidad


Autor: Christophe André 
País: Francia 
Género: No literario 
Año: 2009 

Frase inicial: 
"Ya de pequeña eras sensible. Había cosas que te emocionaban y te provocaban estremecimientos o arrebatos: un gesto, una palabra, un rostro triste, el paso de una nube o el sonido del viento."

Para leer este libro necesité de dos intentos y mucha paciencia. Aún en el segundo intento, con toda la disposición de acabar el libro estuve muchas veces a punto de hacerlo a un lado… pero me estorba el sentimiento de lo pendiente y preferí torturarme un poco con la lectura que tener un libro a medias. 

Gracias a este libro supe con claridad que estudiar psicología o psiquiatría no es lo mío. Compré el libro cuando estaba en crisis de ansiedad y depresión. Lo compré para ayudarme, para comprenderme, pero la verdad es que en ese estado era imposible leer un libro como este. Así que pasaron los años y ya con el ánimo más estable, me decidí a tomarlo de vuelta y comenzar desde la primera página.

El libro empieza con una sección que se llama "Una niña se cae" y la verdad es que X,Y y Z. Parece que nos va a entregar un texto personal pero nop, luego le da por las cifras, las descripciones… ¡qué aburrido! Entonces esperé a que luego de describir estados de ánimo no placenteros empezaría con una forma de lidiar con ellos, y sí, empieza la prescripción y ya saben, el mindfulness o atención plena, la meditación y nada nuevo. No sé cuál podría ser la forma adecuada de presentar ayuda para regular los estados de ánimo cuando uno los tiene hechos un torbellino. Pienso que quizá algo menos complicado, más personal, experiencia de primera mano, una plática entre amigos y no la exposición de erudito o el resumen de alguien que ve a pacientes como mero observador. O no sé, a lo mejor a alguien si le pareció este libro lo más.

Creo que tiene información interesante, pero útil para el profesional que quiere comprender a sus pacientes y que no sabe qué están sintiendo porque nunca lo ha experimentado. A mí en definitiva no me gustó, no disfruté ni tantito, parecía la lectura de un libro obligado en una materia que no me mueve nada. ¡Con todo y que vaya que estoy navegando entre mis estados de ánimo!

Bueno, pues ya está, ya lo acabé. Punto final. A otra cosa mariposa.

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