23.10.21

El Jilguero


Escritor: Donna Tartt 
País: Estados Unidos 
Año: 2014 
Género: Novela 

Frase inicial: 
"Me encontraba aún en Amsterdam cuando soñé con mi madre por primera vez en mucho tiempo." 

Esta es la novela más larga que he leído y también de las pocas que no tienen inserciones gratuitas, así que es de las novelas a las que llamo íntegras, de una pieza, en las que nada sobra y también de las que no tienen el sesgo de la inclusión o posturas "correctas".

Me costó trabajo iniciar porque venía de leer una novela negra que me pasó como si tomara agua, aún con el impacto de lo muy gráfico que al parecer es, diría Kafka, como el hacha necesaria para que poder ser clavada en el mar congelado en el que la superficialidad y la búsqueda continua del asombro artificial nos han convertido como sociedad. Así que, pasar del enganche y de las imágenes en extremo sórdidas y explícitas, de las descripciones de lo exterior a la navegación de las profundidades artísticas, emocionales e intelectuales de Donna Tartt, me llevó varios días de lectura lenta y breve.

El Jilguero es una novela que a la base tiene la intensidad de lo ordinario: la muerte, la agresión, la culpa, el arte, la pérdida. Nos regala la vida desde adentro y aquí está lo difícil para el lector de novelas contemporáneas en extremo visuales. Esta novela genial requiere de lectores geniales para que despliegue los tesoros que alberga. No por nada, según Amazon, sólo el 44% de los lectores británicos ha logrado terminar el libro.

Para el ansioso con "poco tiempo" que piense que con ver la película, ya leyó el libro, si bien puede tener la idea de los sucesos, se va a perder de toda la profundidad y de la reflexiones sobre la belleza, éticas y metafísicas. La película carece de toda la intimidad que nos dona la novela en sus 1131 páginas.

Me impactó que el cuadro, El Jilguero, funcionara perfecto como ejemplo de lo que es un objeto transicional: un ancla que salva y luego ahoga, un objeto que como paliativo sólo empeora las cosas, un sostén de lo que nunca podrá ser recuperado. No hay nada racional en los objetos transicionales, son como centros de gravedad alrededor de los cuales orbitan muchos sentidos inaccesibles en su mayoría para aquellos que los sustentan. El que da a un objeto la cualidad de "transicional" lo hace de manera inconsciente y por eso mismo es efectivo el objeto en su anclaje.

Las últimas páginas de la novela las saboreé con gran placer. Necesito regresar a ellas a releerlas despacio. Ojalá que el futuro lector llegue a ellas y despierten su deseo de saber más, de discurrir sobre lo que en ellas se plantea, desde la posición de Theo o de Boris o de Hobie o de Welty.

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