Año: 1486
País: Italia
Género: Filosofía
Frase inicial:
"Tengo leído, Padres honorabilísimos, en los escritos de los Arabes, que Abdaláh sarraceno, interrogado qué cosa se ofrecía a la vista más digna de admiración en éste a modo de teatro del mundo, respondió que ninguna cosa más admirable de ver que el hombre."
Después del primer rechazo generado por mi mala disposición hacia textos que parecen que uno está rezando el rosario (por aquello del no-sé-qué de la alianza y espejo de no-sé-quien), terminé amando la oración y admirando a un filósofo que tan joven ya había leído tanto de tan diversas fuentes.
Creo que me gustó mucho por su defensa a utilizar cuanto se pudiera para encontrar puntos en común más que dedicarse a apuntar las diferencias (como muchos estilan) y que esos puntos en común respaldaran una idea de tan altas repercusiones: la libertad como característica ontológica del ser humano.
Mientras cedemos nuestra capacidad de elegir ser y desarrollarnos al parecer de los demás, mientras culpamos a nuestra condición de género, edad, preferencias, etc., Pico se levanta por todos nosotros para restituirnos nuestra dignidad, nuestra libertad de decidir sobre nosotros y para señalarnos los medios: disciplina y conocimiento o "nada en demasía" y "conócete a ti mismo".
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