Año: 1843
País: Dinamarca
Género: Ensayo
Frase inicial:
"No puedo disimularme a mí mismo esa angustia que apenas consigo dominar y que en este preciso instante me sobrecoge, al decidirme a pasar a limpio por interés propio la descuidada copia que en su día logré procurarme con demasiadas prisas y gran inquietud."
En "Antígona" o "El reflejo de lo trágico antiguo en lo trágico moderno", Kierkegaard habla de dos experiencias distintas en las que la reflexión hace la diferencia. Mientras que en la primera, lo trágico antiguo, es similar a la pena que sufre un niño que desconoce la razón de lo que sucede, en la segunda desaparece la pena y da lugar al dolor por haber en ella una elección.
La reflexión trae consigo la creación del destino: el saber y el elegir. En lo trágico moderno el sufrimiento es, por tanto, individual.
Antígona simboliza el camino de lo trágico antiguo a lo moderno, el acarreo de la tragedia del padre (Edipo) hacia la tragedia personal. Edipo no sabía, Antígona sí.
La modernidad se caracteriza por padecer el dolor de sus elecciones. Ya no queda nada que imputar a los dioses, el hombre es creador de su destino.
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