1.7.19

Miedo, Vivir en el presente para superar nuestros temores

Autor: Thich Nhat Hanh 
Año: 2012 
País: Vietnam 
Género: No literario 

Frase inicial: 
“Nuestra vida está llena de momentos extraordinarios y de momentos espantosos. Pero son muchos los casos en los que, detrás de la alegría, se oculta, por más contentos que parezcamos, el miedo. Tenemos miedo a que este momento concluya, a no lograr lo que queremos, a perder lo que amamos o a quedarnos desprotegidos.” 

Bueno, puse más de una frase porque me parece que así queda un poco más claro cómo aborda el tema del miedo.

El libro se basa en enseñanzas budistas, por lo cual es esencialmente simple. Sin embargo, la forma simple del budismo es el resultado de una meditación profunda que debe hacer cada uno, por lo que, si el lector no realiza tal meditación, lo más seguro es que encuentre la lectura superficial.

Yo esperaba que Thich Nhat Hanh ayudara al lector a ir profundo, para lo cual necesita partir de un lector promedio, sin formación budista y con miedo para que mediante la lectura lo lleve a ese "otro lugar" o modo de pensar del Buda. Pero el autor parte de un estado de paz en el que él mismo se encuentra.

A continuación les dejo lo que encontré relevante, viene planteado desde mi propia búsqueda de la superación del miedo.

El miedo se nutre de eventos que sucedieron en el pasado y lo que puede pasarnos en el futuro. En torno a esto sugiero las meditaciones de Jiddu Krishnamurti en relación al sufrimiento y el tiempo que ofrecen más claridad al respecto. Este texto, mientras tanto, nos invita a meditar sobre los llamados cinco recuerdos que llenan la psique de temor ante lo que no puede controlar, meditar sobre ellos es ver de cara al miedo, de entrada les digo que no es nada fácil (yo aún no lo logro, prefiero la vía de Eckhart Tolle o la de Krishnamurti) pues es algo que hace cada quien sólo, nadie te puede ayudar a enfrentar/disolver el miedo:

1. Está en mi naturaleza envejecer. Soy de la naturaleza del envejecimiento. No puedo escapar del envejecimiento.

2. Está en mi naturaleza enfermar. Soy de la naturaleza de la enfermedad. No puedo escapar de la enfermedad.

3. Está en mi naturaleza morir. Soy de la naturaleza de la muerte. No puedo escapar de la muerte.

4. Está la mi naturaleza de todo lo que quiero y todo lo que amo cambiar. Yo no puedo evitar verme separado de ello.

5. He heredado los resultados de los actos de mi cuerpo, de mi habla y de mi mente. Mis acciones son mi continuación. (Karma)

Para empezar, tenemos que libarnos de la idea de que no somos más que cuerpo. El cuerpo invariablemente se disolverá, eso todos lo sabemos, pero aunque lo sepamos no podemos superarlo porque nos identificamos con el cuerpo, de modo que es como estar en un callejón sin salida desde el punto de vista mental. Cada vez que dices "yo soy esto", el "esto" invariablemente va a manifestar su naturaleza de impermanencia y eso te va a generar sufrimiento. Se habla entonces del morir cada día, cada minuto a aquello que crees que eres, tienes o conoces.

Enfrentar el miedo es como aprender a respirar cuando naces. Nadie va a respirar por ti, lo tienes que hacer tú, nunca lo has hecho, no "sabes" pero hacerlo te es propio. No dudo ni tantito que parte del miedo que guarda nuestro cuerpo se origina por la experiencia del nacimiento, pero junto a ese miedo también está el deseo de sobrevivir. Sobreponerse al miedo es necesario para vivir, para realmente tener "los dos pies" de lleno en la vida qua transición. Ahora bien, afortunadamente los recursos de un adulto son mayores que los de un recién nacido, aún y cuando el adulto cargue con heridas psicológicas (nuevamente recomiendo a J. Krishnamurti).

Una de la estrategias para disolver el miedo, si no es que es la única estrategia efectiva a largo plazo, es la de practicar el anclaje al presente. El presente es lo que está ocurriendo efectivamente ahora, no lo que tu mente interpreta basándose en los mil y un recuerdos dolorosos. Si no haces el anclaje al presente, tu futuro se verá entintado por el pasado que vienes arrastrado y que tan cariñosamente le llamas "yo". El trabajo de todos los días es no dejarte llevar por las preocupaciones, una preocupación es la aceptación psicológica de que algo malo ocurrirá sí o sí. Imagina que no ocurre, habrás desperdiciado tu vida al haberte levado al mundo del terror.

Ahora, por si fuera poco con el miedo de lo inevitable de nuestra naturaleza, el miedo de lo que nos pasó y las preocupaciones mundanas de lo que nos puede ocurrir minuciosamente elaboradas por la mente, está el miedo que hemos heredado de nuestros ancestros. Ya saben, toda la teoría de que la ansiedad nos está matando porque antes era "un león" del que teníamos que huir y ahora no hay tal cosa tangible de la que podamos huir (el "león" habita en nuestra mente). Bueno, ahora también tenemos todas las guerras, hambres, enfermedades que han vivido nuestros ancestros. No hay análisis que te quite eso, no hay pastilla, lo que hay es el momento real que estás viviendo ahora. Lo bonito del asunto, es que anclarse al presente tal y como es (fáctico, pues) se va quedando en la memoria de tus celulitas, de modo que les das algo más que infierno mental con el consecuente desbalance químico. Para quien es muy práctico y racional, la cosa es generar por uno mismo serotonina y empezar a crear la memoria de la experiencia de la dicha como un estado mental-emocional carente de conflicto, la cosa es dejar de auto-torturarnos con cortisol. Esto requiere la mayor disciplina y el total compromiso con uno mismo, es trabajo de todo el día por muchos días, más días de los que hayas estado en miedo. Práctica es la clave.

El autor es claro con esto de enfrentar el miedo, en el anclaje al presente ves tu realidad, parte de tu realidad es que tienes miedo, así que le pones atención a las manifestaciones del miedo: como se oprime tu pecho, como sientes frío en la espalda, cómo te tiembla el cuerpo, cómo quieres salir corriendo, cómo quieres volver a hacer lo que siempre haces cuando tienes miedo (por ejemplo, comer o distraerte con la televisión), observas todo sin juzgarte y sin actuar desde el miedo. Siente como se siente el miedo en ti. No te preocupes, si no haces más que observarlo, éste, como todo en este mundo, se transformará.

«Permite que el miedo aflore en tu conciencia y sonríele. Cada vez que lo haces, el miedo se debilita.» —Thich Nhat Hanh

Lo de los cinco recuerdos de arriba, la idea es meditar sobre ellos no cuando te sientes del nabo, sino cuando estás tranquilo, cuando te sientes pleno, de lo contrario, estando a merced de tu mente (alias el sufrimiento), no harás más que ponerle leña al fuego.

Así que la idea es vivir libre del sufrimiento para poder vivir realmente. Cuando vivimos en el sufrimiento estamos viviendo en una ilusión, como ilusión es toda creencia que conviertes en parte de tu identidad.

La cosa simple del budismo y de las enseñanzas genuinamente espirituales como las de Margarita Poret o las del Maestro Eckhart, E. Tolle o J. Krishnamurti, es esto: no se requieren años de psicoanálisis ni complicados procedimientos ni grandes sumas de dinero o condiciones especiales, se puede ser feliz ahora mismo, sólo se necesita dejar de sostener tus creencias, soltar la idea de que controlas algo, dejar tus expectativas, liberarte de la necesidad de que las cosas sean como tú quieres que sean. Fácil y a la vez demandante porque estamos muy acostumbrados al mundito que traemos en la cabeza.

Un paso a la vez, un minuto a la vez. Se feliz sólo por hoy.

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