26.7.18

Heidegger

Autor: Arturo Leyte 
País: España 
Año: 2005 
Género: Ensayo 

Frase inicial: 
"La idea general que rige este libro es que no hay una filosofía de Heidegger que quepa articular en un conjunto de tesis." 

Cómo me hubiera gustado haber encontrado este libro hace tres años en lugar de figurarme mil cosas de Heidegger leyéndolo a la manera en que se lee cualquier texto poblado de conceptos, categorías y tesis. Es primordial para leer a Heidegger y acercarse a lo que el filósofo quiere apuntar no intentar buscar conclusiones, definiciones, ni siquiera posturas. Es primordial comprender que es perfectamente correcto la sensación de que Heidegger no ha dicho nada y que lo que parece inclinarse a algún lado luego toma otro sentido y que en ningún caso se trata de un sentido definitivo.

Hay que «comenzar con el reconocimiento de que del ser no se puede hacer tema o un objeto de tratamiento y estudio, del que a su vez se pudieran enumerar us propiedades.» (Leyte, p. 12)

¿De qué va Heidegger? Leyte es generoso y lentamente nos va tratando de acercar, pero aunque Leyte sea de lo más claro que he leído no es por ello una lectura fácil. Heidegger no va de algo, más bien se despega del pensamiento moderno en el que la subjetividad reina. A partir de la modernidad ya no cabe decir nada que no trate de algo concreto, ya no cabe decir algo que no quede perfectamente expuesto a la luz y pueda ser aplicado, replicado, representado.

Tratar de decir de qué va Heidegger es como tratar de decir de qué va el ser o el Dasein o el claro o la verdad o el acontecimiento o la finitud o la cosa o el cruce de la cuaternidad. Heidegger va de lo mismo de lo que se desprende ser y pensar, de esa mismidad que no es algo. Heidegger no piensa en absolutos y eternidades, y con todo el control de su pensar intenta no hacer de ello un ente, algo de lo que se pueda hablar, algo tematizable y sin embargo intenta decir-lo.

Leyte viaja por los textos de Heidegger y nos va entregando el tránsito del filósofo que aunque se pregunta lo mismo lo va reiterando volviéndolo a pensar una y otra vez. Decir que intenta distintos caminos es creer que hay un lugar a donde quiere llegar, pero Heidegger habla de un no-lugar. Decir que crea nuevos modos de ver lo mismo es tratar de ver el pensamiento de Heidegger como transfigurador de un sólo tema.

¿De qué va Heidegger? De ver en lo cotidiano aquello que nos es más propio y sin embargo más lejano.

¿De qué habla? De nada que puedas imaginarte y sin embargo habla de eso que hace señas sin mostrarse.

Heidegger retoma la pregunta de siempre de la filosofía, retoma la pregunta que se ha contestado de mil formas y que sin embargo debió quedar siempre como pregunta. La pregunta es por el ser de las cosas, por la esencia que hace que las cosas sean lo que son. Heidegger se da cuenta que contestar es siempre seguir poniendo delante un ente y luego quererle poner fin al reiterado preguntar poniendo por respuesta a un ente supremo. Entonces la pregunta ya no va en busca de un ente sino del horizonte en el que se hace posible la comprensión del ser.

El texto de Leyte nos lleva de a poco hasta que en el Epílogo nos suelta la mano y termina con: "Así, resultaría que la pregunta por el sentido del ser, con la que comienza la obra filosófica de Heidegger, también es una pregunta política." Me hubiera gustado parar de leer donde empieza el epílogo y quedarme tranquila con una mediana comprensión de Heidegger en lugar de volverme a perder tan pronto apareció el tinte político en el que nunca encuentro de dónde sostenerme.

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