3.7.18

El cerebro femenino

Autor: Louann Brizendine 
País: USA 
Año: 2006 
Género: Divulgación

Frase inicial: 
"Más del 99% del código genético de los hombres y las mujeres es exactamente el mismo. Entre treinta mil genes que hay en el genoma humano, la variación de menos del 1% entre los sexos resulta pequeña. Pero esa diferencia de porcentaje influye en cualquier pequeña célula de nuestro cuerpo, desde los nervios que registran placer y sufrimiento, hasta las neuronas que transmiten percepción, pensamientos, sentimientos y emociones."

Considero que este libro puede ser de gran ayuda y no sólo para las mujeres. Primero consideremos que hay poca investigación sobre las particularidades de las mujeres, sus cambios biológicos (y por ende hormonales, emocionales, mentales, sexuales) a lo largo de su vida. Incluso las mujeres tienen poco conocimiento sobre sí mismas y si son de las afortunadas cuyos cambios hormonales son tenues pueden llegar a creer que las demás exageran o incluso es irreal lo que les sucede.

Así que no sólo es poco lo que se investiga en relación a los cambios femeninos y poco lo que se sabe sobre el cerebro y la identidad, además hay poca historia sobre las mujeres posmenopáusicas porque pocas llegaban a esa etapa, muchas se han callado sus cambios y porque a penas estamos entrando en una etapa en la que socialmente una mujer posmenopáusica tiene muchas más oportunidades de encontrar oportunidades de desarrollo.

Importante es considerar que el cerebro de un hombre y una mujer son distintos básicamente por los cambios hormonales que se dan desde la gestación y que paran años después de la menopausia cuando la mujer se queda con poca testosterona y estrógenos pero ya sin oleadas de cambios mensuales. Importante es considerar que no se sabe todo acerca de las terapias hormonales, que ni ginecólogos ni psiquiatras comprenden bien la complejidad de una mujer y sus necesidades, que muchas mujeres tienen que enfrentarse a la prueba y error de medicamentos con sus propios cuerpos y que lo que funcione bien un año puede cambiar al siguiente. Pero no es que uno esté "mal" es que así es la complejidad del cerebro femenino que dicta al son de los cambios horminales cómo vemos el mundo, nuestra capacidad cognitiva, nuestros estados anímicos y nuestras apetencias sexuales.

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