26.3.16

La destrucción hermenéutico-femenológica de la pregunta por el ser (§§1-6)

Escritor: Jean Grondin 
País: Canadá
Año: 2015 
Género: Ensayo 

Frase inicial: 
"La introducción a ST es la introducción a una obra que no conocemos."

El comentario del primer capítulo de Ser y tiempo no se limita a comentar-criticar lo que aparece únicamente en los parágrafos 1 al 6 porque ya se conoce la obra por entero, porque ya se sabe de las promesas no cumplidas y por que ya se ha leído del tránsito de Heidegger de un "estado de caída en el mundo" que trata Ser y tiempo al "estado de caída en la tradición" de sus obras posteriores. Grondin, está en un lugar privilegiado, mirando el comienzo de un pensar del que ya conoce los senderos en los que desembocó.

Desde mi punto de vista no es que Heidegger lo haya pensado mejor y en consecuencia corrija el camino sino que simplemente siguió pensando lo mismo y como todo aquello que se repite (a la manera kirkergaardiana) no hace sino volverse a pensar desde una nueva situación que implica la posición anterior y la posición proyectada entonces (la reposición): el pensar de Heidegger es una hélice que orbita el eje de la pregunta fundamental.

Heidegger empezará por marcar la innecesidad de la pregunta por el ser por aquellos embebidos en la lógica, pero también apuntará a la necesidad de la pregunta dada la pre-comprensión que tenemos del ser: percibimos su aroma pero no sabemos decir bien a bien qué es o de donde viene. Así que este aroma no es algo que vemos, el ser no es el ente.

El ser no es presencia eterna, una suerte de ousía universal, sino temporalidad ante la cual huye el hombre buscando un lugar tranquilo, de aquí su modo de ser impropio: no le es al hombre lo fijo ni lo eterno sino lo temporal y su radical finitud. ¿Por qué pensar el ser? Para volvernos a poner en la temporalidad y decidir desde ahí.

El hombre se comprende a sí mismo a partir del mundo como un sujeto con propiedades y relaciones, este es el pensamiento tradicional. Pero la cuestión es que entendiendo esta caída en el mundo que le es inherente al hombre, desde ahí, el hombre comprenda al mundo a partir sí mismo sin intentar aquí ningún antropocentrismo.

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