15.8.15

Enuma elish

Escritor: anónimo 
País: Mesopotamia (Irak)
Año: 1124-1103 a.C.
Género: Mitología

Frase inicial:
"Cuando en lo alto el cielo aún no había sido nombrado, y, abajo, la tierra firme no había sido mencionada como n un nombre, solos Apsu, su progenitor, y la madre Tiamat, la generatriz de todos, mezclaban juntos sus aguas: aún no se habían aglomerado los juncares, ni las cañas habían sido vistas."

Leer mitos fundacionales tiene un encanto especial, primero por que se narran en el terreno de lo mistérico, es decir, de lo no literal, y luego porque en ellos hay muchísima información de cómo concebía el hombre antiguo su mundo y su papel en él.

Desde que el hombre tiene conciencia de sí, esto es, desde que el hombre es hombre, tal como nos vemos ahora, las preguntas sobre los orígenes de lo que le rodea, sobre sus propios orígenes y su razón de ser, le tienen fascinado. Quizá antes mucho más que ahora, que sólo nos contentamos con irla llevando, con asegurarnos la calma sin hacernos responsables, sin mirar al mundo y los impactos que nuestras acciones tienen sobre él.

El hombre actual ya no busca un propósito trascendente, se encuentra completamente en el terreno de lo banal, de lo perecedero, de lo plano que da la perspectiva de sí desde lo meramente material. Ya no hay dios sagrado bajo el que se cobije pero no por ello ha dejado de ser un niño, lo que es más, se ha convertido en un estúpido que se cobija tras de lo que sea y de quien sea para nunca verse al frente de su propia vida. El hombre actual ya sólo ve lo heroico en los cómics. 

Me gustan leer los mitos fundacionales porque lejos de ver lo mucho que ignoraban los antiguos, veo lo mucho que ignoramos hoy.

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