22.7.14

El malestar en la cultura

Escritor: Sigmund Freud
Año: 1930
País: Austria
Género: No-literario

Frase inicial:
"No podemos eludir la impresión de que el hombre suele aplicar cánones falsos en sus apreciaciones, pues mientras anhela para sí y admira en los demás el poderío, el éxito y la riqueza menosprecia, en cambio, los valores genuinos que la vida le ofrece"

Quizá, por analogía, el análisis de las formas del hombre como individuo lleve al entendimiento de las formas de la sociedad. Una y otra se alimentan, cierto, pero ¿acaso las represiones que llevan a la neurosis a un individuo pueden observarse en una sociedad neurótica?

El hombre quiere ser a la vez individuo y a la vez inmerso en el oceano de lo exterior. Sin embrago, todo lo que le afecta, no lo puede considerar como él mismo y todo displacer es situado en el afuera, el mismo afuera en el que desea verse inmerso. El altruismo se opone a su egoísmo, el ser para lo otros se opone al ser para sí mismo, los otros se oponen a la consecución del objetivo vital del individuo y, además, el objetivo vital es configurado por el aprendizaje que sobre sí realiza el individuo gracias a sus relaciones con el mundo.

Ser en el mundo, poder considerarse parte de algo grande, incluye el deseo de aceptación y por ende la adecuación de los objetivos propios, a veces hasta el punto de que éstos son situados en el plano de lo inconsciente.

Si hay algo contra lo que luchamos es contra el olvido de nosotros mismos, es decir, contra la inminente existencia actual de nosotros ya dentro del mundo.

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