Serenidad, aproximaciones fenomenológicas a un antiguo afecto
Escritor: Gabriel Shutz Rosenfeld
Año: 2011
País: México
Género: Filosofía
Frase inicial:
"Más, más, más. Adición de signos de adición. Esta sumatoria, en que los sumados son devorados en aras del sumar mismo, reconoce un verbo: acumular. En efecto, acumular es el ejercicio de una adición ciega. Y 'ciega' quiere decir que no tiene otro fin salvo el de adicionar."
Esta es una tesis doctoral verdaderamente hermosa y con una fluidez en la escritura que place enormemente al lector aún cuando los temas que aborda son de una complejidad que demanda el pensar.
Schutz aborda tres escuelas antiguas: epicúrea, estoica y pirriónica; indaga en sus propuestas de ataraxia y apatheia que respectivamente claman por el no-dolor, la no-pasión y la no-creencia en favor de la serenidad como máximo placer, imperturbabilidad y mente apacible. Su método sigue el de la fenomenología.
Antes de abordar a las tres escuelas, Schutz construye un aparato para identificar o aproximarse a las caras de la nada, que me parece de lo más esclarecedor, para luego usarlo en el abordaje negativo de las propuestas con indagaciones en qué se sienten el no-dolor, la no-pasión y la no-creencia.
Ahora estoy más clara en la nada: sustracción a cero, yermo y claro. Por cierto, los saltos (que Camus llamaría suicidios filosóficos) que propondría sin decir cómo Kierkegaard, y que son la propuesta de esquemas budistas, ahora me hacen un sentido intelectualmente claro.
Esta es una tesis doctoral verdaderamente hermosa y con una fluidez en la escritura que place enormemente al lector aún cuando los temas que aborda son de una complejidad que demanda el pensar.
Schutz aborda tres escuelas antiguas: epicúrea, estoica y pirriónica; indaga en sus propuestas de ataraxia y apatheia que respectivamente claman por el no-dolor, la no-pasión y la no-creencia en favor de la serenidad como máximo placer, imperturbabilidad y mente apacible. Su método sigue el de la fenomenología.
Antes de abordar a las tres escuelas, Schutz construye un aparato para identificar o aproximarse a las caras de la nada, que me parece de lo más esclarecedor, para luego usarlo en el abordaje negativo de las propuestas con indagaciones en qué se sienten el no-dolor, la no-pasión y la no-creencia.
Ahora estoy más clara en la nada: sustracción a cero, yermo y claro. Por cierto, los saltos (que Camus llamaría suicidios filosóficos) que propondría sin decir cómo Kierkegaard, y que son la propuesta de esquemas budistas, ahora me hacen un sentido intelectualmente claro.
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